jueves, 18 de febrero de 2010

A Mariela

Un dìa
tendiste tu mano
desprolija y sonriente.

Me abrigaste
con tu blanca escencia
Àngel, mama postiza.

Abriste mis ojos
me hiciste saber ùnica
empujandome a la vida.

Fortaleciendo mis mañanas
con tu inmensidad de colores
con dragones en cuentos.

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